Este artículo presenta una introducción al concepto de sistema productivo, su evolución histórica, sus recursos y conceptos clave para su mejora. Se define un sistema productivo como un conjunto de procesos que transforman inputs (recursos) en outputs (productos o servicios) para satisfacer las necesidades de los clientes.
Se repasan los principales hitos de la evolución de los sistemas productivos, desde la antigüedad hasta la actualidad, destacando las aportaciones de diferentes autores, escuelas y modelos.
Se explican los elementos que componen un sistema productivo, los costes asociados a su gestión, el concepto de productividad, la curva de aprendizaje, la estandarización de procesos, el análisis del tiempo de trabajo y el estudio del trabajo como herramienta de mejora.
- Palabras clave: sistema productivo, evolución, recursos, mejora, ingeniería de organización.
Introducción
El concepto de sistema productivo es fundamental para entender la actividad económica de cualquier organización, ya sea pública o privada, industrial o de servicios. Un sistema productivo es un conjunto de procesos que transforman inputs (recursos) en outputs (productos o servicios) para satisfacer las necesidades de los clientes (González, 2015). Los recursos pueden ser de diferentes tipos: materiales, humanos, financieros, tecnológicos, etc. Los productos o servicios pueden ser tangibles o intangibles, y pueden tener diferentes grados de valor añadido. Los clientes pueden ser internos o externos, y pueden tener diferentes expectativas y preferencias.
Los sistemas productivos no son estáticos, sino que evolucionan a lo largo del tiempo, adaptándose a los cambios del entorno y a las demandas del mercado. La historia de los sistemas productivos es la historia de la búsqueda de la eficiencia, la calidad, la flexibilidad y la innovación.
Desde la antigüedad hasta la actualidad, se han desarrollado diferentes formas de organizar la producción, basadas en diferentes principios, métodos y herramientas. Algunos de los autores, escuelas y modelos más influyentes en la evolución de los sistemas productivos son: Adam Smith, la Revolución Industrial, Frederick Taylor, Henry Ford, el Toyotismo, la Calidad Total, el Lean Manufacturing, el Six Sigma, la Industria 4.0, entre otros.
El objetivo de este artículo es presentar una introducción al concepto de sistema productivo, su evolución histórica, sus recursos y conceptos clave para su mejora. El artículo se estructura en cuatro secciones: la primera sección define el concepto de sistema productivo y sus elementos; la segunda sección repasa la evolución histórica de los sistemas productivos; la tercera sección explica el concepto de productividad y sus factores; y la cuarta sección presenta algunas herramientas de mejora de los sistemas productivos.
Concepto y elementos de un sistema productivo
Un sistema productivo es un conjunto de procesos que transforman inputs (recursos) en outputs (productos o servicios) para satisfacer las necesidades de los clientes (González, 2015). Un proceso es una secuencia de actividades que consumen recursos y generan resultados. Los inputs son los recursos que se utilizan en el proceso, como materiales, energía, información, etc. Los outputs son los resultados que se obtienen del proceso, como productos, servicios, residuos, etc. Los clientes son los destinatarios de los outputs, que pueden ser internos o externos a la organización. Los clientes tienen unas necesidades, expectativas y preferencias que deben ser satisfechas por los outputs.
Un sistema productivo se puede representar mediante un diagrama de flujo, donde se muestran los inputs, los procesos, los outputs y los clientes.
Los elementos que componen un sistema productivo son los siguientes (González, 2015):
- La estructura: es la forma en que se organizan los procesos, los recursos y los outputs. La estructura puede ser de diferentes tipos, según el grado de integración, especialización, centralización, automatización, etc. Por ejemplo, una estructura puede ser funcional, por producto, por proceso, por cliente, por proyecto, etc.
- La estrategia: es el conjunto de decisiones que definen los objetivos, las políticas y las acciones del sistema productivo. La estrategia debe estar alineada con la misión, la visión y los valores de la organización, y debe tener en cuenta el análisis del entorno y del mercado. Por ejemplo, una estrategia puede ser de liderazgo en costes, de diferenciación, de enfoque, de innovación, etc.
- La tecnología: es el conjunto de conocimientos, técnicas, equipos y herramientas que se utilizan en el sistema productivo. La tecnología puede ser de diferentes tipos, según el grado de desarrollo, complejidad, novedad, etc. Por ejemplo, una tecnología puede ser tradicional, moderna, avanzada, emergente, etc.
- La gestión: es el conjunto de actividades que se realizan para planificar, organizar, dirigir y controlar el sistema productivo. La gestión implica el uso de métodos, indicadores, estándares y buenas prácticas para asegurar el cumplimiento de los objetivos, la optimización de los recursos y la satisfacción de los clientes. Por ejemplo, la gestión puede incluir la programación, el control de inventarios, la gestión de la calidad, la gestión de proyectos, etc.
Evolución histórica de los sistemas productivos
Los sistemas productivos han evolucionado a lo largo de la historia, adaptándose a los cambios del entorno y a las demandas del mercado. A continuación, se repasan los principales hitos de la evolución de los sistemas productivos, desde la antigüedad hasta la actualidad, destacando las aportaciones de diferentes autores, escuelas y modelos.
Antigüedad y Edad Media
En la antigüedad y la Edad Media, los sistemas productivos se basaban en la artesanía, la agricultura y el comercio. La producción era manual, individual y personalizada, y se realizaba en talleres o en el propio hogar. Los recursos eran escasos y limitados, y los productos eran de baja calidad y variedad. Los clientes eran locales y tenían pocas opciones de elección. No existía una organización formal ni una división del trabajo, y el conocimiento se transmitía de forma oral o empírica.
Algunos de los avances que se produjeron en esta época fueron: la invención de la rueda, el arado, la moneda, la escritura, el alfabeto, el papel, la imprenta, la brújula, el reloj, etc.
Revolución Industrial
La Revolución industrial fue el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en el siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, y que se extendió a gran parte de Europa y América en el siglo XIX. Este proceso cambió radicalmente la forma de producción y de vida de las sociedades, dando paso a la era industrial y al capitalismo.
Los sistemas productivos con la Revolución industrial se caracterizaron por:
- La producción industrial a gran escala, especialmente textil, metalúrgica y de alimentos (gracias a la llamada “revolución agrícola”). El sistema de producción doméstica fue reemplazado por la producción en masa en fábricas, donde las máquinas se encargaban de gran parte del trabajo productivo. La división del trabajo y la especialización permitieron aumentar la eficiencia y la productividad12.
- El uso de nuevas fuentes de energía, como el carbón y el vapor, que impulsaron el desarrollo de la maquinaria y el transporte. La introducción de la máquina de vapor, patentada por James Watt en 1769, fue el paso decisivo para el éxito de la Revolución industrial, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de producción13.
- La expansión del comercio y el mercado, tanto nacional como internacional, que estimuló la demanda y la oferta de productos y servicios. La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las comunicaciones, con la construcción de vías férreas, canales y carreteras12.
- El crecimiento demográfico y el éxodo rural, que provocaron el aumento de la población urbana y la formación de grandes ciudades industriales. El sistema de fábricas, orientado a aumentar la productividad, cambió la organización del trabajo y la sociedad. Los trabajadores se sometieron a condiciones de vida y de trabajo precarias, con jornadas largas, salarios bajos, riesgos de accidentes y enfermedades, y falta de derechos laborales y sociales12.
- El surgimiento de nuevas clases sociales, como la burguesía industrial y el proletariado, que entraron en conflicto por el reparto de la riqueza y el poder. La Revolución industrial generó grandes desigualdades económicas y sociales, que dieron lugar a movimientos sociales y políticos, como el sindicalismo, el socialismo, el anarquismo y el comunismo, que reclamaron mejores condiciones de vida y de trabajo para los trabajadores12.
El estudio de la organización del trabajo. Evolución histórica
A finales del siglo XX y principios del XXI, los sistemas productivos se enfrentan a nuevos retos y oportunidades derivados de la globalización, la innovación tecnológica, la digitalización, la sostenibilidad y la responsabilidad social. Algunas de las tendencias que marcan la evolución de la organización del trabajo son:
- La personalización masiva de los productos y servicios, que implica adaptarse a las preferencias y necesidades de cada cliente, ofreciendo una gran variedad y calidad a un coste competitivo.
- La integración de la cadena de suministro, que supone coordinar los flujos de materiales, información y dinero entre los diferentes agentes que participan en el proceso productivo, desde los proveedores hasta los clientes finales, buscando la eficiencia y la satisfacción del cliente.
- La automatización y la robótica, que permiten aumentar la productividad, la precisión y la seguridad de los procesos productivos, así como liberar a los trabajadores de tareas repetitivas, peligrosas o poco motivadoras.
- La inteligencia artificial y el big data, que facilitan el análisis de grandes cantidades de datos, la toma de decisiones basadas en algoritmos, la optimización de los recursos y la anticipación a los cambios del mercado.
- La economía circular y la economía verde, que promueven el uso eficiente y responsable de los recursos naturales, la minimización de los residuos y las emisiones, el reciclaje y la reutilización de los materiales, y la generación de valor social y ambiental.
Concepto de productividad y sus factores
La productividad es una medida de la eficiencia de un sistema productivo, que se define como la relación entre los outputs (productos o servicios) y los inputs (recursos) que se utilizan para generarlos. La productividad se puede expresar de forma global, considerando todos los outputs y todos los inputs, o de forma parcial, considerando un solo output o un solo input. La productividad se puede mejorar aumentando los outputs con los mismos inputs, o disminuyendo los inputs con los mismos outputs.
La productividad depende de varios factores, que se pueden clasificar en dos grupos: los factores internos y los factores externos. Los factores internos son aquellos que dependen de la propia organización, y que se pueden controlar y modificar. Los factores externos son aquellos que dependen del entorno, y que no se pueden controlar ni modificar, pero que hay que tener en cuenta.
Algunos de los factores internos que influyen en la productividad son:
- La tecnología: el uso de técnicas, equipos y herramientas adecuados para el proceso productivo, que permitan aumentar la velocidad, la precisión y la calidad de los outputs, y reducir el consumo de recursos y el desperdicio de materiales.
- La organización: la forma de estructurar, coordinar y gestionar los procesos, los recursos y los outputs, que permita optimizar el flujo de trabajo, eliminar los cuellos de botella, minimizar los tiempos de espera y los costes de transacción, y maximizar el valor añadido.
- El factor humano: el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y motivaciones de los trabajadores, que permitan realizar las tareas de forma eficaz, eficiente y satisfactoria, y contribuir al logro de los objetivos de la organización.
- La calidad: el grado de conformidad de los outputs con las especificaciones y las expectativas de los clientes, que permita aumentar la satisfacción, la fidelización y la reputación de la organización, y reducir los costes de no calidad, como los defectos, las devoluciones, las reclamaciones, etc.
Algunos de los factores externos que influyen en la productividad son:
- El mercado: el conjunto de clientes, competidores y proveedores que interactúan con la organización, y que determinan la demanda, la oferta, el precio y la calidad de los productos o servicios.
- El entorno económico: el conjunto de variables macroeconómicas que afectan al nivel de actividad, al crecimiento, a la inflación, al tipo de cambio, al tipo de interés, etc., y que condicionan la rentabilidad, la inversión, el consumo, el ahorro, etc.
- El entorno social: el conjunto de variables demográficas, culturales, políticas, legales, éticas, etc., que afectan a las preferencias, las necesidades, los valores, las normas, los derechos, los deberes, etc., de los individuos y los grupos sociales, y que influyen en el comportamiento, las actitudes, las expectativas, las opiniones, etc., de los clientes, los trabajadores, los accionistas, etc.
- El entorno natural: el conjunto de variables físicas, químicas, biológicas, climáticas, geográficas, etc., que afectan a los recursos naturales, a la biodiversidad, al medio ambiente, al clima, etc., y que condicionan la disponibilidad, el coste, el impacto y la responsabilidad de los inputs y los outputs
Herramientas de mejora de los sistemas productivos
Los sistemas productivos son susceptibles de mejora continua, es decir, de aplicar cambios que permitan incrementar su productividad, su calidad, su flexibilidad y su innovación. Para ello, existen diferentes herramientas que facilitan el análisis, la evaluación, la optimización y la innovación de los procesos, los recursos y los outputs. Algunas de estas herramientas son:
- La estandarización de procesos: consiste en definir y documentar las mejores formas de realizar las actividades, estableciendo los procedimientos, las instrucciones, los métodos y los criterios que se deben seguir. La estandarización permite reducir la variabilidad, la incertidumbre y los errores, y facilita la formación, la comunicación y la coordinación de los trabajadores.
- El análisis del tiempo de trabajo: consiste en medir y registrar el tiempo que se emplea en realizar cada actividad, identificando los tiempos productivos y los tiempos improductivos. El análisis del tiempo de trabajo permite detectar los desperdicios, los cuellos de botella y las oportunidades de mejora, y establecer los tiempos estándar, los ritmos de trabajo y los planes de producción.
- El estudio del trabajo: consiste en observar y analizar las operaciones, los movimientos y los gestos que realizan los trabajadores, buscando la forma más racional y ergonómica de ejecutar las tareas. El estudio del trabajo permite mejorar la seguridad, la salud, el confort y la motivación de los trabajadores, y reducir el esfuerzo, la fatiga y el estrés.
- El diagrama de Ishikawa: consiste en representar gráficamente las posibles causas que originan un problema o un efecto no deseado, clasificándolas en categorías, como materiales, mano de obra, máquinas, métodos, medio ambiente, etc. El diagrama de Ishikawa permite identificar las causas raíz, las causas secundarias y las relaciones entre ellas, y facilita la búsqueda de soluciones.
- El ciclo PDCA: consiste en aplicar un método sistemático y repetitivo de cuatro fases para la mejora continua: planificar, hacer, verificar y actuar. El ciclo PDCA permite definir los objetivos, las acciones, los indicadores y los responsables de la mejora, ejecutar las acciones, medir los resultados, compararlos con los objetivos, y corregir las desviaciones o consolidar los logros.
Conclusiones
En este artículo se ha presentado una introducción al concepto de sistema productivo, su evolución histórica, sus recursos y conceptos clave para su mejora.
Se ha definido un sistema productivo como un conjunto de procesos que transforman inputs (recursos) en outputs (productos o servicios) para satisfacer las necesidades de los clientes. Se ha repasado la evolución histórica de los sistemas productivos, desde la antigüedad hasta la actualidad, destacando las aportaciones de diferentes autores, escuelas y modelos.
Se ha explicado el concepto de productividad y sus factores, tanto internos como externos. Y se han presentado algunas herramientas de mejora de los sistemas productivos, como la estandarización de procesos, el análisis del tiempo de trabajo, el estudio del trabajo, el diagrama de Ishikawa y el ciclo PDCA.