Sistemas Productivos

Sistemas Productivos, un enfoque sistémico.

Palabras clave: sistema productivo, enfoque sistémico, proceso, logística, cadena de suministro, ingeniería de organización, proceso, elementos, clasificación, medición, funciones, beneficios.

Introducción

Los sistemas productivos son conjuntos de procesos que transforman inputs (recursos) en outputs (productos o servicios) para satisfacer las necesidades de los clientes (González, 2015). Los sistemas productivos pueden ser de diferentes tipos, según el sector, el producto, el mercado, la tecnología, la estrategia, la estructura, la gestión, etc. Los sistemas productivos no son estáticos, sino que evolucionan a lo largo del tiempo, adaptándose a los cambios del entorno y a las demandas del mercado.

Para analizar y gestionar los sistemas productivos, existen diferentes enfoques o perspectivas, que se basan en diferentes principios, métodos y herramientas. Uno de los enfoques más actuales y relevantes es el enfoque sistémico, que propone considerar los sistemas productivos como un todo integrado por múltiples procesos interrelacionados, donde se gestiona de forma coordinada el flujo de materiales e información entre los diferentes agentes que participan en el proceso productivo, desde los proveedores hasta los clientes finales. Este enfoque se apoya en conceptos como el de sistema, proceso, logística y cadena de suministro.

El artículo se estructura en cuatro secciones: la primera sección define el concepto de sistema y sus características; la segunda sección define el concepto de proceso y sus elementos; la tercera sección define el concepto de logística y sus funciones; y la cuarta sección define el concepto de cadena de suministro y sus beneficios.

Concepto y características de un sistema

Un sistema es un conjunto de elementos que interactúan entre sí para lograr un objetivo común (Ackoff, 1971). Los elementos pueden ser de diferente naturaleza, como físicos, químicos, biológicos, sociales, etc. Los elementos se relacionan mediante flujos de materiales, energía e información, que determinan el comportamiento y el estado del sistema. El objetivo común es la finalidad o la razón de ser del sistema, que orienta su funcionamiento y su evolución.

Los sistemas se pueden clasificar según diferentes criterios, como el grado de complejidad, el grado de apertura, el grado de dinamismo, el grado de controlabilidad, etc. Algunos tipos de sistemas son:

  • Sistemas simples y sistemas complejos: los sistemas simples son aquellos que tienen pocos elementos y relaciones, y que se pueden describir y predecir con facilidad. Los sistemas complejos son aquellos que tienen muchos elementos y relaciones, y que presentan comportamientos emergentes, no lineales e impredecibles.
  • Sistemas cerrados y sistemas abiertos: los sistemas cerrados son aquellos que no intercambian materiales, energía e información con el entorno, y que tienden al equilibrio y la entropía. Los sistemas abiertos son aquellos que intercambian materiales, energía e información con el entorno, y que se adaptan y evolucionan con el mismo.
  • Sistemas estáticos y sistemas dinámicos: los sistemas estáticos son aquellos que no cambian con el tiempo, y que se pueden analizar en un instante determinado. Los sistemas dinámicos son aquellos que cambian con el tiempo, y que se deben analizar a lo largo de un periodo de tiempo.
  • Sistemas deterministas y sistemas estocásticos: los sistemas deterministas son aquellos que siguen unas leyes o reglas fijas, y que se pueden predecir con exactitud. Los sistemas estocásticos son aquellos que están sujetos a la incertidumbre y al azar, y que se pueden estimar con probabilidad.

Los sistemas productivos son sistemas complejos, abiertos, dinámicos y estocásticos, que requieren un enfoque sistémico para su análisis y gestión.

El enfoque sistémico implica considerar los sistemas productivos como un todo integrado, y no como una suma de partes aisladas, y tener en cuenta las interacciones y las retroalimentaciones entre los elementos, así como el entorno y el objetivo del sistema.

El enfoque sistémico permite comprender mejor el funcionamiento y el comportamiento de los sistemas productivos, y mejorar su eficiencia y su efectividad.

El concepto de proceso y sus elementos

Introducción

Un proceso es una secuencia de actividades interrelacionadas que se planifican y ejecutan para transformar elementos de entrada en resultados, su aplicación es tan amplia que se extiende hasta el ámbito organizacional, siendo estas, donde más suele aplicarse o atribuirse este concepto¹. Un proceso implica la implementación de recursos materiales y humanos para lograr un fin o un propósito determinado; no obstante, el término proceso, es ampliamente usado para describir la secuencia de acciones llevadas a cabo en etapas o fases para alcanzar un resultado final².

El análisis y la gestión de los procesos son elementos esenciales para el diseño, la mejora y la innovación de los sistemas productivos, ya que permiten identificar, describir, evaluar y optimizar las actividades que se realizan para generar valor para los clientes. Para ello, es necesario conocer el concepto de proceso y sus elementos, así como los criterios para clasificar y medir los procesos.

Concepto y elementos de un proceso

Un proceso es una secuencia de actividades interrelacionadas que se planifican y ejecutan para transformar elementos de entrada en resultados¹. Los elementos de entrada son los recursos que se utilizan en el proceso, como materiales, energía, información, etc. Los resultados son los productos o servicios que se obtienen del proceso, como bienes, servicios, residuos, etc. Los clientes son los destinatarios de los resultados, que pueden ser internos o externos a la organización. Los clientes tienen unas necesidades, expectativas y preferencias que deben ser satisfechas por los resultados.

Los elementos que componen un proceso son los siguientes:

  • Las entradas (inputs): son los recursos que se utilizan en el proceso, como materiales, energía, información, etc. Las entradas pueden provenir de fuentes internas o externas a la organización, y pueden tener diferentes características, como calidad, cantidad, disponibilidad, etc.
  • Las actividades: son las acciones que se realizan en el proceso para transformar las entradas en resultados, siguiendo unas directrices o normas. Las actividades pueden ser de diferente tipo, como operaciones, inspecciones, transportes, esperas, etc.
  • Los recursos: son los elementos que facilitan la realización de las actividades, como el personal, las máquinas, los equipos, las herramientas, etc. Los recursos pueden ser de diferente naturaleza, como humanos, materiales, financieros, tecnológicos, etc.
  • El sistema de control: es el conjunto de mecanismos que permiten verificar y regular el funcionamiento del proceso, mediante la medición, el análisis y la corrección de las desviaciones. El sistema de control se basa en indicadores, estándares y buenas prácticas, y tiene como objetivo asegurar el cumplimiento de los objetivos, la optimización de los recursos y la satisfacción de los clientes.
  • Los límites del proceso: son los puntos de inicio y de fin del proceso, que delimitan el alcance y la responsabilidad del mismo. Los límites del proceso se pueden establecer según diferentes criterios, como el cliente, el producto, el departamento, el proyecto, etc.
  • Los resultados (outputs): son los productos o servicios que se obtienen del proceso, como bienes, servicios, residuos, etc. Los resultados deben cumplir con las especificaciones y las expectativas de los clientes, y deben aportar valor a la organización. Los resultados pueden ser tangibles o intangibles, y pueden tener diferentes grados de valor añadido.

El concepto de logística y sus funciones

Introducción

La logística es una disciplina que se encarga de planificar, implementar y controlar el flujo eficiente de bienes, servicios e información desde el punto de origen hasta el punto de consumo. La logística tiene como objetivo satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes, optimizando el uso de los recursos y minimizando los costes y los riesgos. La logística es un componente vital en el funcionamiento de cualquier empresa o industria, ya que influye en la productividad, la calidad, la competitividad y la rentabilidad.

La logística se integra en la cadena de suministro, que es el conjunto de agentes que participan en el proceso productivo, desde los proveedores hasta los clientes finales. La cadena de suministro implica la coordinación de los flujos de materiales, servicios e información entre los diferentes agentes, buscando la eficiencia y la satisfacción del cliente. La cadena de suministro se puede representar mediante un diagrama de red, donde se muestran los agentes, las relaciones y los flujos del proceso productivo.

Concepto y funciones de la logística

La logística es una disciplina que se encarga de planificar, implementar y controlar el flujo eficiente de bienes, servicios e información desde el punto de origen hasta el punto de consumo. La logística tiene como objetivo satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes, optimizando el uso de los recursos y minimizando los costes y los riesgos.

El concepto de logística proviene del ámbito militar, donde se refería al aprovisionamiento y movimiento de las tropas y los suministros. Sin embargo, su uso se extendió al ámbito empresarial y comercial a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando se reconoció su importancia estratégica para la gestión de los recursos y la distribución de los productos.

La logística se puede dividir en dos grandes áreas: la logística interna y la logística externa. La logística interna se refiere a las actividades que se realizan dentro de la empresa o la organización, como la gestión de inventarios, el almacenamiento, el transporte interno, el embalaje, el etiquetado, etc. La logística externa se refiere a las actividades que se realizan fuera de la empresa o la organización, como el transporte externo, la distribución, el servicio al cliente, etc.

La logística se puede descomponer en varias funciones, que son las siguientes:

  • La función de aprovisionamiento: consiste en obtener los recursos necesarios para el proceso productivo, como materias primas, componentes, energía, etc. Implica la selección, negociación y gestión de los proveedores, así como el control de la calidad, la cantidad, el tiempo y el coste de los suministros.
  • La función de producción: consiste en transformar los recursos en productos o servicios, siguiendo las especificaciones y los estándares de calidad. Implica la planificación, programación y control de las operaciones, así como la gestión de los recursos humanos, materiales y tecnológicos.
  • La función de almacenamiento: consiste en guardar los productos o servicios en condiciones óptimas, hasta que sean requeridos por los clientes. Implica el diseño, la organización y la gestión de los almacenes, así como la implementación de sistemas de identificación, localización y control de los stocks.
  • La función de transporte: consiste en trasladar los productos o servicios desde el punto de origen hasta el punto de destino, cumpliendo con los plazos, las condiciones y los requisitos de los clientes. Implica la elección, la contratación y la gestión de los medios de transporte, así como la optimización de las rutas, los itinerarios y las cargas.
  • La función de distribución: consiste en entregar los productos o servicios a los clientes, de acuerdo con sus necesidades y preferencias. Implica la definición, la organización y la gestión de los canales de distribución, así como la atención, el seguimiento y la fidelización de los clientes.

El concepto de cadena de suministro y sus beneficios.

Introducción

La cadena de suministro es el conjunto de agentes que participan en el proceso productivo, desde los proveedores hasta los clientes finales[^1^][2]. La cadena de suministro implica la coordinación de los flujos de materiales, servicios e información entre los diferentes agentes, buscando la eficiencia y la satisfacción del cliente. La cadena de suministro se puede representar mediante un diagrama de red, donde se muestran los agentes, las relaciones y los flujos del proceso productivo.

La cadena de suministro tiene como objetivo principal satisfacer las necesidades del cliente final de la mejor manera posible. Lo anterior incluye los siguientes fines:

  • Entregar los bienes y servicios a tiempo.
  • Evitar las pérdidas o mermas innecesarias.
  • Optimizar los tiempos de distribución.
  • Manejo adecuado de inventarios y almacenes.
  • Mejorar la capacidad de respuesta de tu sistema, a los requisitos reales del cliente.

La cadena de suministro se relaciona con la logística y los procesos, que son los elementos que la componen y la coordinan. La logística es la disciplina que se encarga de planificar, implementar y controlar el flujo eficiente de bienes, servicios e información desde el punto de origen hasta el punto de consumo. Los procesos son las secuencias de actividades interrelacionadas que se planifican y ejecutan para transformar elementos de entrada en resultados.

Concepto y beneficios de la cadena de suministro

La cadena de suministro es el conjunto de agentes que participan en el proceso productivo, desde los proveedores hasta los clientes finales. La cadena de suministro implica la coordinación de los flujos de materiales, servicios e información entre los diferentes agentes, buscando la eficiencia y la satisfacción del cliente.

El concepto de cadena de suministro surge a partir de la década de 1980, cuando las empresas se dan cuenta de la importancia de integrar y gestionar de forma conjunta todas las actividades que intervienen en el proceso productivo, y no solo las que se realizan dentro de la propia empresa. Así, se pasa de una visión funcional a una visión sistémica, donde se considera el proceso productivo como un todo integrado y se busca la colaboración entre los agentes que lo conforman.

La cadena de suministro tiene múltiples beneficios para las empresas y los clientes, que se pueden resumir en los siguientes:

  • Mayor eficiencia y mayor calidad en los productos y servicios. Al coordinar los flujos de materiales, servicios e información, se evitan los retrasos, los errores, los desperdicios y los costes innecesarios, y se asegura el cumplimiento de los estándares y las expectativas de calidad.
  • Mejor aprovechamiento de la red de distribución. Al integrar los agentes que participan en el proceso productivo, se optimiza el uso de los recursos y las capacidades disponibles, y se reduce la dependencia de intermediarios o proveedores externos.
  • Mejor gestión de inventario. Al sincronizar la demanda y la oferta, se evitan los excesos o las faltas de stock, y se ajusta el nivel de inventario al mínimo necesario, lo que reduce los costes de almacenamiento y los riesgos de obsolescencia o deterioro.
  • Mejor trazabilidad de los productos. Al disponer de información precisa y actualizada sobre el estado y la ubicación de los productos, se facilita el seguimiento y el control de los mismos, y se mejora la seguridad y la confianza de los clientes.
  • Empresas más competitivas y eficientes. Al mejorar la eficiencia, la calidad, la flexibilidad y la innovación de los productos y servicios, se aumenta la satisfacción y la fidelización de los clientes, y se logra una ventaja competitiva frente a la competencia.
  • Mayor capacidad de ejecutar entregas urgentes o especiales. Al contar con una red de distribución ágil y flexible, se puede responder con rapidez y eficacia a las demandas especiales o imprevistas de los clientes, lo que mejora la imagen y la reputación de la empresa.

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